Del colegio a la empresa. Formación contínua



Hace unos días me encontré con una compañera de nuestro colegio en Madrid ahora se dedica a la formación continua para distintas empresas. En la charla que mantuve con ella me sentí intrigado por saber cuáles son los cursos más demandados para la formación en las empresas Españolas. Dejando de lado la formación técnica específica para el desarrollo de la actividad en la empresa, o los cursos necesarios para cumplir con normativas específicas como la deriesgos laborales o la LOPD,  el interés de la gran mayoría de directivos que implantan servicios de formación dentro de sus empresas  pasa por la mejora general del inglés  y el fortalecimiento de disciplinas relacionadas con lo que se ha venido a llamar “habilidades interpersonales”.
 
Según me comentaba mi antigua compañera de colegio, el inglés, tan poco fomentado por los distintos planes de estudio en los colegios españoles, se ha convertido en una prioridad a la hora de mejorar la capacitación de los profesionales  en la empresa moderna. Este idioma es esencial en cualquier empresa, y con internet y la globalización de empresas, comunicaciones y relaciones internacionales, cada día se fomenta más en los cursos de formación contínua. Lo que no se enseñó en la escuela se tiene que implementar con cursos de formación en la empresa.
 
El otro área con gran tirón al que me refería anteriormente es el de los cursos para mejora de las habilidades personales y de comunicación entre equipos de trabajo. Los demandan mucho las empresas porque se han dado cuenta de la gran importancia que tiene el desarrollo de estos programas en el aumento en productividad de todos los empleados, la mejora en el ambiente de trabajo y la disminución de conflictos laborales. Con este tipo de técnicas implantadas gracias a los formadores en distintas áreas se fomenta el trabajo en equipo y disminuye el estrés general en la oficina.
 
Vista la información que me transmite mi antigua compañera de colegio, me planteo si para el desarrollo de la actual ley de educación se ha pensado en las necesidades de formación desde las primeras etapas hasta la llegada a la universidad.

Es importante una formación básica en las disciplinas más conocidas, pero me da la impresión de que sigue sin darse suficiente importancia a la enseñanza del inglés y tampoco parece que se fomenten estas otras áreas relacionadas con el trabajo en equipo, inteligencia emocional o programación neurolingüística, tan de moda en la enseñanza de profesionales que ya han pasado de los 30 años.

La enseñanza de idiomas y otras habilidades personales deberían implantarse en los programas de estudio para la infancia, es donde se pueden asimilar con mayor facilidad, de forma por así decirlo automática, y no dejarlos como aspectos secundarios si no queremos seguir siendo un país que viva de la charanga y la pandereta.

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